El verano es tiempo de disfrutar y relajarnos. Durante estos días nuestra piel sufre en exceso, el sol, el cloro y la falta de cuidados afectan al estado de nuestra piel haciendo que al finalizar el verano ésta aparezca deshidratada, apagada e incluso manchada.
Las vacaciones de verano nos dejan la retina llena de recuerdos, de imágenes, de sensaciones placenteras… ¡quedémonos con ellas! Pero también hay una ‘cara B’ del verano. Esa que se plasma en nuestra piel, que vuelve a la rutina más deshidratada, tal vez con manchas… Pero todo tiene solución. Sólo tienes que detectar el problema y ponerte manos a la obra.
Para protegerse de los agentes externos y del riesgo de deshidratación, la piel dispone de una capa protectora natural: la película hidrolipídica, una barrera formada por una mezcla de grasa, sudor y un conjunto de sustancias biológicas capaces de retener el agua. Sin embargo, durante la exposición al sol, esta barrera sufre la agresión de los rayos ultravioletas.
El resultado es una deshidratación progresiva que puede llegar a afectar a las capas más profundas de la piel. Por estos motivos, a la vuelta de las vacaciones, es aconsejable iniciar un programa de mantenimiento, que permita prolongar el bronceado y, sobre todo, devolver la hidratación y la suavidad a la piel del rostro. A continuación te ofrecemos unas claves para ayudarte a recuperar tu piel después del verano.
¿Cómo debemos cuidar nuestra piel después del verano?
1-Exfoliación de la piel
En verano muchas veces relajamos nuestras rutinas diarias de cuidados de la piel. Para empezar a recuperar su estado es importante comenzar con una buena exfoliación. Con esto conseguimos eliminar células muertas e impurezas y afinar el poro, lo que permite que la superficie de nuestra piel esté más uniforme y suave y más preparada para los tratamientos posteriores.
Una buena exfoliación permite limpiar la piel en profundidad mejorando su oxigenación. Esto contribuye a la regeneración de nuestro cutis mediante la formación de nuevas células y fibras de colágeno. La exfoliación además de limpiar tu piel en profundidad permite que el tono de tu piel o tu bronceado aparezca más uniforme.
Pero la exfoliación no acaba sólo con la piel de nuestra cara, durante el verano nuestro cuerpo está sometida a muchas horas de sol, al cloro y al agua del mar que resecan nuestro cuerpo así que la exfoliación corporal es tan importante como la exfoliación de tu rostro. Exfoliar nuestro cuerpo es importante para mantener el bronceado y mejorar el aspecto de la piel dándole más brillo y favoreciendo su hidratación posterior.
2-Hidratación profunda
Al acabar el verano nuestra piel aparece más seca y deshidratada de lo normal. Las pieles más secas son las que más acusan el efecto del verano ya que el sol aumenta la sequedad de la misma y consigue que nuestra piel aparezca más envejecida.
Es hora de nutrir nuestra piel en profundidad. Para cuidar de forma adecuada nuestra piel después del verano te recomendamos usar después de la exfoliación una buena mascarilla hidratante para hidratar, reparar y nutrir tu piel de forma profunda.
Si las usas una vez a al semana durante un mes notarás como tu piel recupera la hidratación necesaria. Para completar tu tratamiento de rehidratación después del verano sigue utilizando tu crema de hidratación diaria y combínala con un buen serum que potencie su acción hidratante.
3-Tratamientos de noche
Después de verano, más que nunca, no debes olvidar el uso de una crema de noche que favorezca la reparación de la piel mientras descansas.
Para conseguir hidratar tu piel después del verano es recomendable usar una crema específica, ya que durante la noche es cuando se ponen en marcha los mecanismos de reparación y detoxificación de la piel. La combinación de tu crema de día junto con tu tratamiento facial de noche aportará la nutrición extra que tu piel necesita después del verano.
Las cremas de noche aportan mayor cantidad de componentes nutritivos y contienen activos que ayudan a reparar nuestra piel mientras descansamos.
4-Tratamiento de las manchas en la piel después del verano
El problema más inmediato de abusar del sol es el fotoenvejecimiento cutáneo y la aparición de manchas en la piel. Estas suelen aparecer especialmente en cara, escote y manos haciéndonos parecer mucho más mayores.
Para evitar que aparezcan lo más importante es la prevención. Por eso debes usar fotoprotección solar durante todo el año, pero especialmente durante el verano, porque la exposición solar es la principal causa desencadenante del exceso de producción de melanina.
El sol acentúa las manchas ya existentes haciendo que éstas adquieran un tono aún más oscuro. Por todos estos motivos está muy indicado el uso de productos despigmentantes que vayan atenuando poco a poco el tono de las manchas solares en nuestra piel.
Estos productos deben utilizarse al menos durante 6 semanas de forma continuada, poco a poco las manchas se irán aclarando y nuestra piel adquirirá un tono más uniforme.
Además de estas claves que son básicas para recuperar tu piel después de los excesos del verano, en el centro de estética Elena Sivera te ofrecemos varios tratamientos faciales y corporales que le otorgarán a tu piel los cuidados necesarios para que luzca como se merece de cara al otoño.
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