Los nervios, el estrés y la ansiedad son las principales causas de la onicofagia o el mal hábito de morderse las uñas, al igual que ocurre con la necesidad de fumar, comer o hablar compulsiva-mente.
Especialistas coinciden en que es difícil determinar la causa psicosomática en común en quienes la padecen, pero que existe un hecho en determinada etapa que fomenta este mal hábito.
Una vez que el problema ya no es latente, desaparecerá también esta mala costumbre.
Un dedo sin uña esta amputado: se nos dificulta coger cosas, abrir objetos y proteger los dedos de agresiones externas además de ser muy antiestético.
Cuando esta manía de mordisquearse se hace extrema, pueden aparecer lesiones en los dedos, malformaciones, hemorragias y hasta pérdida de la uña.
Y si se muerden e ingieren, los pedazos de uñas pueden impactar en la faringe o en el tubo digestivo provocando inflamaciones.
Consejos para dejar de morderse las uñas:
- Fuerza de voluntad: estar consciente del daño que sufren nuestras uñas y tener el firme deseo de dejar este mal hábito.
- Evitar la ansiedad: controlar los nervios y afrontar los temores ayudara a dejar la onicofagia.
- Acuda al especialista por si no lograra por si solo o participe de sesiones de meditación o relajación.
- Pintarse las uñas: acudir a una especialista y arreglarse las uñas, hacerse la manicura y pintarse las uñas, al verlas arregladas y bonitas impedirá que quiera seguir con esta mala costumbre
- Untarse con crema de manos: las uñas estarán más protegidas y al contacto con la boca tendrá un sabor amargo que evitará comerse las uñas.
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